lunes, 8 de noviembre de 2010


visita del SEÑOR INTENDENTE SEIGIO MASSA

VASIJA DE LA ABUNDANCIA
TALLER "TIGRE ROCK"
produccion de un alumno en el
TIGRE ROCK!!!

ACTIVIDAD CON LOS NIÑOS
TIGRE ROCK!!!!

retrato:"HOMBRE ORIGINARIO"
DECARAMOS UNA CAJA
pintamos sobre arena.


LA PACHAMAMA Conocida también como Mama Pacha, la Pachamama es la diosa suprema honrada por los pueblos aborígenes que habitan el Noroeste Argentino, Bolivia y Perú. Ella es considerada la madre (Mama) que engendra la vida, la nutre y la protege. Su nombre es popularmente traducido como “Madre Tierra”, aunque el significado arcaico de “Pacha” no estaba solamente referido a la tierra sino al universo y al tiempo. Ella es todo lo que existe al igual que lo fueron Gaia, para los antiguos griegos; Tonantzin para los mexicanos; Anat en la Mesopotamia y Al-Lat en los actuales países árabes, entre otras divinidades femeninas con atributos similares. El día de la Pachamama se celebra el primero de agosto, aunque sus fiestas se extienden durante todo este mes, que está consagrado enteramente a Ella. Ese día la comunidad se dirige hacia un pozo ceremonial que es marcado con piedras para reconocer el lugar tras año tras año. Allí se entierra comida cocida, hojas de coca, granos y harina de maíz, vino, cigarros y chicha para alimentar a la Madre Tierra y pedirle permiso para “herirla”, ya que es la época en que dará comienzo la siembra. Estos pozos donde se depositan las ofrendas se denominan “apachetas” y guardan una simbología que venera a la Diosa Triple: las piedras con las que se cubre representan a la Pachamama del cielo (Janaj Pacha); las ofrendas, a la Pachamama del suelo (Kay Pacha), y el pozo a la Pachamama que es la reina del Mundo Subterráneo (Ukhu Pacha). Las ceremonias siempre son asistidas por un hombre y una mujer, pues, según la creencia religiosa de estos pueblos, ambos fueron creados iguales en la pareja primordial que emergió del Lago Titicaca, compuesta por Mama Ocllo y Manco Capac. Otro ritual importante en esta época consiste en comenzar a labrar los campos de un modo ceremonial: mientras el hombre “hiere” la tierra con un arado que tiene forma de lanza, la mujer planta la semilla.

Imagenes de nuestros hermanos
MARY MARY KUM PU CHE

jueves, 3 de junio de 2010

mas sobre madres e hijos creando juntos
madres e hijos haciendo arte¡¡¡¡¡
momentos hermosos
imitamos una pieza antigua¡¡¡

jueves, 13 de mayo de 2010

todos los pueblos autoctonos deberian conformar una federacion, que los nuclee para Compartir lazos de crecimiento y de reivindicaciones comunes....y entre todos debemos acompañarlos...la union hace la fuerza...


Aborigen significa también desde el origen.

nuevos trabajos¡¡¡

trabajando con barro¡¡¡
merendero MADRE TERESA

domingo, 31 de enero de 2010




Herederos de una tradiciòn de una docena de millones en el suelo patagònico, conservaron de sus antepasados paleolìticos el hàbito de la caza nòmada de grandes presas, el patriarcado, el amor por la libertad y su ungenua visiòn del universo y de los hombres.
En principio, Korchenewski donó en 1996 su colección a la Fundación Ameghino, dirigida por su amigo el antropólogo Rodolfo Casamiquela. Luego, el contacto con Carlo Benetton, que ya poseía tierras en la Patagonia, haría el resto. Tres años después surgían el Centro de Investigaciones Científicas “El hombre patagónico y su medio” y el museo Leleque. Mirar atrás y proyectarse La idea original de Korchenewski no sólo cobró nuevo impulso sino que logró convertirse en un proyecto científico y didáctico que adoptó como marco el entorno rural de la estancia Leleque.
Su nombre proviene de los tehuelches meridionales, que designaron así a un arbusto de la región. Asimismo, este lugar fue escenario en 1888 de los últimos enfrentamientos entre los tehuelches y las tropas nacionales. Por ello, la actual exposición del museo, pensada por el investigador Casamiquela, busca rescatar el valor histórico del pueblo tehuelche.
En la planicie de la Estancia Bennetton, el museo Leleque rescata el pasado de una Patagonia forjada por comunidades indígenas y pioneros europeos que decidieron escribir su historia en estas tierras.
Hablar del museo Leleque es conocer la historia de Pablo Korchenewski. Llegó desde Ucrania en 1948 y, 5 años más tarde, se trasladó al sur del país para radicarse en forma definitiva. Ya sea en Río Turbio, donde fue minero, en Puerto Madryn, o en los distintos rincones que recorrió en la Patagonia, Pablo perseguía la idea de coleccionar objetos que documentaran el pasado de la región. Años de juntar y clasificar pequeñas y “viejas” cosas, dieron como resultado una colección arqueológica de más de 14.000 piezas que se convirtieron en el principal patrimonio del museo Leleque. Pero para su creación faltaban algunos protagonistas.